Desde el golpe de Estado del 28 de junio del 2009, Honduras ha vivido una progresiva y sostenida militarización, ocultada por los medios de comunicación masivos pro golpe, las iglesias y los políticos involucrados en la asonada, que es algo que debe llamar a una profunda preocupación a la hondureñidad, hecho que no ha sido ignorado por los organismos de derechos humanos, quiénes no dudan en calificar cómo un retroceso rotundo del país en materia de derechos humanos.
El militarismo con el régimen lobista, tienen bajo su poder HONDUTEL, aeronáutica civil, la marina mercante, andan pidiendo el regreso del servicio militar obligatorio en el país, además de que se viole la Constitución y se les otorgue poderes policiales, para perseguir y detener gente, usando cómo pretexto la violencia del país.
El régimen ante todo ha respondido armando al ejército y dándose gradualmente más poderes, en deprimento de la democracia y la seguridad de los hondureños, por ejemplo el conflicto del Bajo Aguán, en dónde el régimen ha mandado soldados quiénes a parte de no resolver nada, se han mostrado favorables al empresario golpista de Miguel Facussé.
IMPUNIDAD
Escándalos cómo el de la avioneta quedó en el olvido sin culpables, y lo más grave es que ni se les ha procesado por las miles de denuncias de violaciones de derechos humanos del golpismo, presentadas ante el Ministerio Público, denuncias que el Fiscal ha dejado engavetadas.
El ejemplo más claro de esta impunidad, es cuándo increíblemente, ante el asombro de todos, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, declaró inocentes a la Junta de Comandantes por el exilio ilegal del Presidente Zelaya a Costa Rica en el golpe militar, el sistema judicial corrupto y politizado del país, increíblemente declaró legal violar la Constitución y la ruptura del orden constitucional, alegando que se evitó un "derramamiento de sangre" el cuál en realidad el pueblo hondureño lo sigue viviendo, ya que los asesinatos contra miembros del FNRP se siguen dando, con total y absoluta impunidad.
FUSIÓN POLICIAL-MILITAR
Otra escalada al militarismo es el gasto en armas y aviones para las Fuerzas Armadas y el involucramiento de las mismas en la "lucha" contra la delincuencia, en operativos cómo el Relámpago y la fusión encubierta del ministerio de defensa y seguridad, al pretender darle facultades policiacas a las Fuerzas Armadas, facultades que el golpismo en su ficción de sucesión, nos dijo que tenía el ejército, quedando en evidencia que ellos mismos reconocen que no podía ser un proceso judicial el golpe militar contra Zelaya Rosales.
La prensa golpista alaba la operación y remarca el rol de las Fuerzas Armadas, y sectores golpistas piden que se haga permanente el operativo, de manera que las FF.AA queden desplegadas en todo el territorio nacional, creando incluso condiciones para el servicio militar obligatorio, para vender que el ejército es absolutamente necesario para darle "seguridad" a los hondureños.
Lo que no cuentan esos medios es que los índices delincuenciales comenzaron a disimularse desde el escándalo policial por la muerte del hijo de la rectora de la UNAH, que ha dejado a la policía nacional en la picota pública, demostrando el rol importante en el crimen organizado de las mismas fuerzas de seguridad del Estado.
PARTIDO POLÍTICO
Siguen aprovechando lagunas constitucionales, la Constitución cómo espíritu tiene que militares no pueden participar en política, pero se saltan esa prohibición con militares retirados, a quiénes les dan trato de "civiles", a sabiendas que el que es militar, lo es toda la vida, estando ó no en servicio.
Las Fuerzas Armadas las cuáles supuestamente son apolíticas están formando la "Alianza Patriótica" un partido político con el apoyo de reservistas, militares retirados, ex militares y desde luego, militares activos, y postularán al general golpista, Romeo Vásquez Velásquez para la presidencia, algo totalmente inaudito, que demuestra que el golpe sigue vigente, y que las Fuerzas Armadas ya les gustó el poder y buscarán sostenerse en él.
Lo grave es que los supuestos garantes de los procesos electorales y distribuidores del material electoral son las mismas Fuerzas Armadas, ó sea que a gente parte del proceso se les deja en sus manos el mismo, ¿qué garantías tiene el hondureño de que las Fuerzas Armadas no manipularán votos, urnas y actas a favor del partido de la Alianza?, no la tenemos, salvo que los políticos de turno abran los ojos y no se dejen arrebatar el poder con las FF.AA.
Esta es una escalada alarmante del militarismo, poco a poco se forma una dictadura militar, el pueblo hondureño debe reaccionar y no permitir que las FF.AA tomen el control absoluto del país.
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